Si un genio te concediera tres deseos, ¿qué pedirías?

Njour. Egun on
Me he despertado de un semi sueño, medio sueño, como de cuarto y mitad. Sudando de estupor. Los ojos pegados por la legaña del amanecer sin sol. Cada articulación resuena vacía, el rascar de los huesos. De miedo incluso.
Sentía como crujían los intersticios, los pliegues. Las conexiones neuronales se habrían.
El dolor desapareció.
Como cuando haces una bola de papel de estraza.
Y todo se va apagando.
Mi cerebro andaba jugando con la imagen de un genio, de sonrisa maléfica, o mal cagao, que se decía en los madriles. Y me había conseguido tres deseos. Cedido? Está mal explicado. Decía que me concedía el expresar tres deseos. Y que estos me los llevaría a cabo. Él. No yo.
El primero que pedí fue que se acabe las estupidez. Bueno, fui un poco menos elegante en mi respuesta.
Fui tajante.
Taxativo.
Que se mueran los gilipoyas.
Ahora creo vivir en un espacio sin leyes físicas. No metáforas, no metafísica. De hecho, no exhaló ruidos, ni aires.
No es que esté muerto. No?
Es que he corregido los problemas medio ambientales, las guerras, los genocidios..?
Tenía que haber pedido antes que me convirtiese en un milano real?
Ahora solo hay obscuridad.
Yo Soy la Obscuridad
Feliz día y abrazote.


Ongi Etorri