¿Cuál es tu disco favorito de todos los tiempos?

Si hay pensamiento disperso…


Bitácora. Belafonte.
El fin del trabajo. El regreso a casa. La Sombra de la esclavitud vuelve a cernir corona en el NeoFeudalismo.


Hanillo.
  Un Cocinero está, por definición, loco. Intrínsecamente pirado. Horarios que consumen tu médula. Nervios de acero convertidos en flan de ortigas. O puré de patatas, en triple cribado por el pasapurés. Montado con un 50 % de mantequilla. Especias. Envejecimiento prematuro. Siendo el culpable de todo. Vulgarización de la llamada perfección. Y no. No existe esa perfección. Hay guiños para todos los momentos. Personas… No existe el anillo que manda sobre todos los anillos. El cerebro laminado en carpaccio, sigue buscando ese punto de placer. Es la sonrisa tras la batalla. El mimar la existencia. Bajo una ola en altamar en Kanagawa, que se desenrosca del abrazo del pulpo.

Cromo.
La infancia va saltando en la rayuela, en llegar al infinito, brincando la comba. Mirada perdida, retratando el todo. Colección de héroes que nos cambian constantemente. Una ligera estampa, que nos estampa cruelmente la falsa realidad en la frente. No quieren que soñemos. Ni mi corrector me acepta palabras.

Swani.

A rellenar.

Gilda. Sin bofetadas por favor.

Rabel. Fandango

Eco. En mi montaña lo vendieron.

Cefalea. Excesivamente enervante.

Arcano. Tirar las cartas. A la carrera en la carretera.

Fluido.  Vino tinto.

Cítara. Llevo tres días con el Tercer  Hombre, queriendo ser parido, apartado de la selva…

Tal vez la respuesta esté en la Música Dispersa.


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Ongi Etorri

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