¿Qué vas a hacer esta noche?

Bitácora. Es Miércoles.
Por cierto, me llamo Chelmi. 2468.
La luz delantera izquierda, del rotor abismal, lleva parpadeando un kilo de eones. Aquí se venden a granel. No están baratos. Está lanzando una explosión de confeti, cada vez que cruzo los portones de acero. Es de a cero. Y obsoleto. Obtuso. Obcecado. Obligado, que no obrigado. Hace un mes, no recuerdo la base orbital que usa, me preguntó cuando era mi cumpleaños. Hablo del rotor abisal. Abismal.
La respuesta está en la página 666333, de las infecciones letales de metales. Sin corrosión. Pero, dislate emocional mío, di la respuesta en una sencilla pregunta que no se junta, ni unta. «Cuando es de noche?»
Pero no fue aseverativo.
En el guardabarros de la bicicleta estática, han aparecido vestigios de atunes. La verdad es que ni va , ni viene esto hacia la nada.
Las noches, intento dejar de jugar al buscaminas. Me vuelvo activo. Escribo en la bitácora algo sacado de la biblioteca de imágenes. Traduzco a las Berthas. Hago algún curso por correspondencia. Y sobretodo , refutó.
He hecho de la refutación un arte sin respuesta. Y demostré que la inquietante base estática, se mueve. En 160 dimensiones. No hago más porque las computadoras no me siguen. Empiezan a mosquearse.
Y me sumerjo en la eternidad, unos segundos, para que no se me haga muy largo.


Ongi Etorri