Njour. Egun on.
La tormenta ha decidido salir con la orquesta. Los timbaleros se la Fania se lo han tomado con ganas. Han conseguido empezar, y terminar en sólo, la maratón del Así hablaba Zaratrusta. Se han puesto sentimentales con la batería del Soul Sacrifice de Santana. Y casi se meten en el Bolero. Susurrando el Dangerous de IM.
Con estos compases, ni repasos, ni panchos, panochos, sólo abrí los ojos. Se me ha dibujado una estupenda sonrisa de estupidez acelerada. Acerada. He estado a punto de salir en pijama a pasear silbando el por la esquina del viejo barrio del panameño. Pero me he quedado mirando la obscuridad, con René y Bizarrap, por divertirme.
Una punta de canela, clavo y somnolencia, arborescencia, cocinocencia me han mellado el instante.
En estos tiempos de vergonzante historia, si fuese un androide me apagaría, para soñar con rebaños y manadas eléctricas.
O me saltaría la regla primera de Asimov.
Feliz día y abrazote.