Bonjour. Egun on.
Retornar a un torradero de cerebros, brevas, pasos, mentiras y la piel de la planta del pie, quejándose de la bota. Ayer noche, se cumplió el miedo galo. El cielo se resquebrajó en pleno anochecer, batiendo la lluvia hasta el lodazal de las cornisas de los estíos. Se lavaron hasta las ovejas.

Está mañana, mientas se secaban, se las veía tendidas de un blancor nuclear. Los bosques dejaban pasar pequeñas nubes vaporosas. Chui enloquecida. El Seigneur Gomi, majestuoso ademán, señalando la fuga de dos jóvenes ciervos.
Y yo. Perdido. Lo vi lanzado hacia la enorme nada. Y no me hice un clavado por falta de Mar.
Feliz día y abrazote.