
Ayer por la mañana, camino de Saint Palais, por una entrevista grupal, parado ante un semáforo, en plena campiña, una obrica, mientras el temporizador desdeñaba los segundos, decidí hacer un momento Yoga, y en vez de retener la respiración, acompasè la mirada, cerrando muy fuerte el entrecejo, y abriendo un filitito las pestañas, como haciendo una sobrexposición, mientras pensaba si llegaría a tiempo para un croissant de almendra.
Feliz día y abrazote.


Ongi Etorri