Njour. Egun on.
Intento adivinar la premura de un motor lejano, enganchándose a un panorama nocturno, tejido por una araña que lo amortigua casi todo. Casi nada. Un pellizco de sinsentido, sinsonte cantado en mitad del vacío.
Ya se fue.
El bosque, enroscado, querría desperezarse.
Todo es como acariciar un algodón sintético. Sintaxis acurrucada en la yema de los dedos, que se enervan. Se queman.
Siento nostalgias, como olas lamiendo las rocas un día de calma chicha. El mar se ha puesto a hacer caminos. El viento sopla para tus oídos…

Y me acurruco en el edredón, pelando nostalgias, como quien pela palabras en el silencio.
Feliz día y abrazote.