Njour. Egun on.
Shuo Sun.
No recuerdo su nombre. Ni siquiera sé si existe esa cultura, que culpabiliza todo, poniendo nombres a las desgracias en HK.
Era la llegada del Tifón. Que nervios. Mi primer Tifón. Por suerte uno pequeñito, de los que no cierran los trabajos. Que recomiendan no salir, pero no te obligan. Y las calles se llenan.
Esto era TST, en Koowlong. El agua, el Canal, separándonos de La Isla de HK. El paseo matinal, para ver si algún pescador, dejaba la caña, y comenzaba alguna rutina de Taichí. O por los parques. Era temprano, y , estaría ya pensando en ir a N°1 o a… a desayunar. Huevos pochados, o pancake, o tostadas de… O momos… O pasear hasta Jordan …
Me sentía absolutamente curioso. Pero ese día… 14 de Mayo del 2018. Todos corriendo, antes de empaparse. Algunos con chubasquero. Algún paraguas. O un estiloso impermeable imperial impertérrito y de elegante mirada. Sin olvidarse respirar las nubes acaracoladas, que van despreciando, enjuiciando, ignorando el Canal, ya enervado  de por si por las olas maliciosas. Alguna jubilada nadando de escalera a escalera. Curiosos siguiendo sus brazadas escasas. Reteniendo el aliento, por si la siguiente ola la vuelve a engullir. Murmullos. Dos vigilantes del club de natación, otean, desdeñosos, las peripecias de los inmaduros inmortales de la tercera edad. Ya hay una pequeña cola de otros vacilantes valientes fugitivos, nerviosos en sus risas, esperando la señal…
Me quedo oliendo bocanadas de salitre. Ojeando los pasos. Observando la cantidad de gente que ha salido hoy a pasear. Gastando curiosidad.

Y recuerdo…

Siempre se me escapan detalles.